¿Comenzamos a caminar?
Fiel a la 3ª edición esta 4ª entrega constituye un recopilatorio de 50 reflexiones alrededor de temas que afectan a nuestra cotidianeidad y a nuestro diario desarrollo personal como la felicidad, el amor, las relaciones, el autoconocimiento, la autoaceptación, la autoestima, el éxito y el fracaso, los miedos que nos limitan, el sano escepticismo, etc. Una 4ª edición que ha sido actualizada, corregida y ampliada con el fin de ajustarla a la necesaria coherencia que impone mi propia evolución como persona y la incorporación a mi haber vital de nuevos aprendizajes y experiencias.
50 capítulos con 50 líneas de reflexión que nos invitan a un recorrido, como apunta lúcidamente Manuel Conde en el prólogo, con 4 pilares básicos que impregnan cada palabra y que constituyen el hilo conductor de todo el libro: Autoconocimiento que arroja luz sobre nuestras sombras; Autoaceptación que otorga dignidad de ser a lo que somos; Autoestima para valorarnos, respetarnos y sostenernos en todo momento; Autoconfianza para proyectar lo que somos y sentimos a través de la acción.
Hemos sido educados en el contexto de una sociedad que prima las respuestas más que la búsqueda, la adquisición de seguridad más que la exploración y la sana vivencia del riesgo, en la que parece que todos piensan por nosotros, nuestros padres, nuestros maestros, nuestros políticos, nuestros sacerdotes, nuestros gurúes, nuestros medios de comunicación y nuestros líderes de opinión. En este contexto de exceso de respuestas sumamente aturdidor corremos el riesgo de convertirnos en consumidores pasivos de las mismas, en fiel clientela por tanto de las respuestas de otros. Eso significa que nos exponemos al peligro de acabar delegando nuestra capacidad de pensar, sentir y elaborar una experiencia del mundo propia, auténtica, basada en lo que de verdad somos.
Este libro ha sido planteado para ser reflexionado desde ese sano escepticismo que te permita, lector/a, hacer una lectura abierta, crítica y activa. No todo lo que en este libro se explica se puede demostrar científicamente pero sí se puede verificar empíricamente y, por tanto, ello exige una actitud dinámica y de contraste de lo expuesto en estas páginas con tu propia experiencia. Reflexión, experiencia, espíritu crítico-constructivo, todos ellos elementos orientados a hallar la propia verdad de lo que uno es. Creer es asumir sin cuestionar. Sin embargo nuestra vida solamente puede ser vivida, sentida y experimentada de manera particular y, mal que les pese a muchos, es una responsabilidad que no podemos delegar si queremos acceder a una existencia auténtica, íntegra y libre.
Este libro contiene aprendizajes, propuestas, líneas de reflexión y no dogmas ni verdades absolutas. La vida es un aprendizaje permanente donde todo es relativo y el conocimiento necesita de una actualización constante. Lo que hoy nos parece una verdad inmutable mañana, después de vivir ciertas experiencias, se transforma en una experiencia más en el camino de la evolución personal. La apertura, la flexibilidad, la humildad, se antojan ingredientes imprescindibles si deseamos transformarnos positivamente a lo largo de la vida.
No he pretendido, pues, caer en la prescripción de recetas inverosímiles, fáciles, cómodas y mucho menos infalibles para hallar la felicidad, la paz interior, el éxito o acabar con el dolor y el sufrimiento. Yo soy un experto, pero un experto en mi propia vida, no en la de los demás y, por consiguiente, todas las experiencias y conclusiones que aparecen a lo largo de los 50 capítulos son particulares e intransferibles y forman parte de mi bagaje vital. Cada cual debe hallar, por tanto, sus propias respuestas, sus propias fórmulas, su propia verdad. Cada cual debe trabajar por y para sí mismo.
¡Nunca es tarde! 50 ideas para mejorar tu vida quiere hacer hincapié, sobre todo, en una actitud, la de no rendirse, la de no abandonarse, la de no desfallecer ante los contratiempos, la de seguir adelante con fuerza e ilusión incluso cuando la vida nos da un revés, cuando todo parece haber llegado a un punto muerto, a un callejón sin salida, inclusive cuando nuestro diario transitar por el mundo parece haber perdido ya su sentido. Tengo el absoluto convencimiento de que ¡Nunca es tarde! si en el fondo de nosotros mismos conservamos ese espíritu de lucha que nutre nuestro coraje y nuestra fuerza interior para continuar proyectándonos hacia el futuro cuando aparecen las dificultades y nuestro mundo se tambalea.
Nunca es tarde para descubrir nuestros tesoros y nuestra luz. Todos poseemos algún talento, alguna chispa, sí, creo profundamente en ello. Y mientras respiramos y sentimos tenemos la posibilidad de indagar y descubrir esas inmensas riquezas que laten dentro de nosotros. Nunca es tarde para tener coraje y espíritu aventurero.
Nunca es tarde para superar el dolor y aprender de él. Nunca es tarde para tomar las riendas de nuestras vidas. Nunca es tarde para adquirir conciencia de todo lo que sucede en nuestro interior y en nuestro entorno. Nunca es tarde para cambiar de rumbo y alcanzar una vida más satisfactoria y más gozosa. Nunca es tarde para elevar nuestra existencia e implicarnos de una manera activa en todo aquello que nos sucede. Nunca es tarde para no darnos por vencidos cuando se trata de defender aquello en lo que creemos. Nunca es tarde para amarnos y respetarnos. Nunca es tarde para creer en aquello que somos, en aquello que deseamos ser y en todos aquellos proyectos que queremos realizar. Nunca es tarde para arrojarnos al vacío en busca de nuestros sueños. Nunca es tarde para que los sueños se hagan realidad.
Nunca es tarde si eres capaz de rescatar en lo hondo de tu corazón la fe en ti y en tu vida. Si trabajas en tu crecimiento y en tu desarrollo, si te implicas y te comprometes en la mejora de tu vida, tarde o temprano notarás los resultados. Si aprendes a cuestionar lo aprendido hasta ahora y descubres nuevas maneras de interpretar y observar la realidad la imagen que tienes de lo que eres o puedes llegar a hacer se ampliará inevitablemente. Florecerán tus fortalezas y tus debilidades ya no serán muros infranqueables. Tus dudas tal vez no desaparezcan, pero podrás actuar con determinación asumiendo con serenidad el riesgo a equivocarte. Conocerte te llevará inevitablemente a arrojar luz sobre aquello que antaño solo eran sombras y descubrirás que existe una sabiduría en tu interior mucho más importante de lo que nunca hubieras imaginado. Una sabiduría que será brújula y timón cuando la niebla te dificulte la visión.
Todo trabajo tiene su recompensa. El camino es largo y no siempre será llano o estará exento de contratiempos e infortunios, pero senda al fin y al cabo apasionante que vale la pena ser recorrida.
¿Comenzamos a caminar?